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Bosques en… ¿Fuerteventura?

Proyecto de reforestación en Fuerteventura.

En Fuerteventura, las duras condiciones ambientales con escasas lluvias, viento y aridez, sumado a la presión por pastoreo nos ha acostumbrado a asociar a la isla con un paisaje desértico.

Ya cuando los normandos arribaron a Fuerteventura no encontraron una isla poblada de variados y frondosos bosques. A diferencia de otras islas del archipiélago, su antigüedad geológica y unos dos mil años de pastoreo ya habían mermado gravemente sus recursos forestales.

Y así continuó durante cientos de años, hasta que a finales de los años 40 y gracias al empeño del ingeniero de montes D. Juan Nogales se trató de revertir la situación, promoviendo un gran proyecto de reforestación en Fuerteventura.

De aquel gran proyecto de reforestación con miles de pinos en distintas zonas de la isla, en la actualidad sólo podemos encontrarlos en vaguadas más inaccesibles y protegidos del pastoreo en el macizo de Betancuria.

El Macizo de Betancuria, en el sector oeste y central de la isla de Fuerteventura. Se trata del segundo sistema montañoso de mayor altitud Insular tras las cumbres de Jandía.

Como ya hemos mencionado con anterioridad la presión del pastoreo fue la causa de que muchas de estas repoblaciones no prosperase. Sólo en lugares más inaccesibles y con vigilancia se logró que prosperara en el MUP de Castillo de Lara.

En paralelo a los trabajos de reforestación se vio la necesidad de realizar obras de corrección hidrológica para retener el suelo fértil, construyendo 15 diques de mampostería gavionada y 2 escolleras lineales para el encauzamiento y canalización de las aguas pluviales.

Durante los últimos años, basándose en el desarrollo de la flora local de bosque termófilo según exposición, localización y naturaleza del suelo comienza un proceso de transformación y enriquecimiento modificando la relación de especies a emplear en futuras repoblaciones.

Guaydil (Convolvulus floridus), el Tajinaste blanco (Echium decaisnei ssp. purpuriense), la Vinagrera (Rumex lunaria), el Jorgao (Nauplius sericeus), la Salvia (Salvia canariensis) o el Granadillo 

A día de hoy, se han sustituido pinos por otras especies endémicas de la isla más resistentes a las condiciones climáticas y controlando el paso de ganado.

Muchas de estas repoblaciones se han acompañado de vallado para protección contra herbívoros, en especial frente al pastoreo libre de cabras, en costumbre ancestral permitida legalmente en esta isla.

En la última década y con el objeto de dar a conocer y concienciar a la sociedad majorera sobre el valor de este enclave, se creó el Área Recreativa de Castillo de Lara, donde hoy se incluyen mesas, fogones y parque infantil de juegos con capacidad para 150 personas.

La lucha contra la desertificación sigue siendo una asignatura pendiente en Fuerteventura, pues aunque las isla cuentan con unas condiciones ambientales muy duras se ha podido demostrar que con la ordenación y control de actividades como el pastoreo es posible recuperar la cobertura arbórea o arbustiva.

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